Mi historia con La Escarcha sobre los hombros, va íntimamente unida a mi personal costumbre y afición, por las bibliotecas públicas. También inevitablemente, al gran interés que desde siempre me ha despertado la cultura, la historia y el paisanaje de Aragón.
Una tarde llegué al Centro Cívico del barrio de Torrero, en Zaragoza, sin ninguna idea determinada sobre qué título leer. Solo sabía que quería una obra contextualizada en Aragón y, a ser posible, escrito por un autor o autora, de la zona. Le pedí entonces ayuda a la bibliotecaria ¿Conoces a Lorenzo Mediano? me preguntó, no, le contesté. Acto seguido, se dirigió directa hacia una estantería y volvió con un libro bastante delgadito en la mano: este libro es una preciosidad. Y si además te gustan las tradiciones locales, lo vas a disfrutar. Llegué a casa y después de ponerme cómoda, comencé a leer.
Todo sucede en Biescas de Obago, un pequeño pueblo aislado en los valles pirenaicos, hace más de medio siglo. El profesor de escuela acude a diario al bar, donde Casimiro, lee en voz alta las noticias de El Heraldo de Aragón. Un día todos los allí presentes, se llevan una gran sorpresa al descubrir que una de las columnas del periódico, está dedicada a un suceso ocurrido en su pueblo. Tras leer la noticia en voz alta, como de costumbre, se arma un gran revuelo pues ninguno de los allí presentes está conforme con la versión de los hechos que allí se escriben. En ese momento, instan al profesor a que escriba a El Heraldo, con la auténtica versión de lo acaecido, una versión para la que cada familia tiene una interpretación diferente. El profesor cansado de las diferentes e interesadas explicaciones por parte de sus vecinos, decide contar aquel hecho tal y como él lo vivió.
De esta forma, comienza el lector a adentrarse en la historia de Ramón, un joven pastor cuyo destino -según las costumbres de los años 30 en aquellos territorios de carestía y frío – estaba escrito incluso antes de nacer. Pero Ramón, lejos de conformarse, comienza toda una revolución a ratos silenciosa, a ratos reivindicativa, en contra de su propio destino. Una revolución llena de aventuras y también de amor.
La escarcha sobre los hombros, además de narrarnos la trepidante vida de Ramón, es también un valioso documento sobre las tradiciones, la forma de vida o la difícil subsistencia, en el Pirineo de entonces donde, por ejemplo, tu vida quedaba determinada por el simple hecho de nacer como hijo primogénito o como “segundón”. En el caso nacer mujer, no existía siquiera la opción de opinar sobre el matrimonio. Todo, en aquel entonces, giraba en torno a la consecución del sustento y a tener un techo bajo el que protegerse. Se trataba de la más pura y dura supervivencia. El más mínimo detalle, como podría ser la orientación de un pueblo en la montaña, con las correspondientes horas de luz que recibía a lo largo del día, determinaba el cultivo y la subsistencia de sus animales, ambos, factores determinantes para que esa población pudiera alimentarse o no, durante el resto del año.
Mi opinión es que se trata de una obra hermosa, de lectura ágil, didáctica, muy bien documentada y tremendamente interesante. A su vez, se percibe el conocimiento que su autor, Lorenzo Mediano, tiene tanto de la cultura e historia del Pirineo, como de las distintas herramientas de supervivencia que se pueden desarrollar en condiciones extremas. No en vano, Mediano, además de médico, fue instructor de supervivencia en la montaña durante bastantes años.
Si te gusta la montaña, las tradiciones o la historia, este libro te va a encantar. Es de esas lecturas que cuando la terminas, la echas tanto de menos que te gustaría haberlo racionado más y así alargar el momento de llegar a su final. Pero lo cierto es que una vez que empiezas, no hay manera de leerlo con más mesura.
Por cierto, cuando devolví este libro a su biblioteca, me saqué tres más de Lorenzo Mediano. La bibliotecaria que me reconoció, me dijo sonriente: vaya, ¡intuyo que te ha gustado!