Carmen Rodríguez es una mujer rural polivalente donde las haya: ganadera, madre, vicepresidenta de Cooperativas Lácteas Unidas (CLUN), vicepresidenta de Nós As Mulleres, Asociación Galega de Cooperativas (Agaca), coordinadora de la Asociación Mulleres de Seu… Cuando quise entrevistarla, Carmen estaba iba algo liada –lo cual no me extrañó- pero en cuanto pudo, me hizo un hueco. Lo primero, quise saber sobre su aldea:
–Resido en Luaña, una pequeña aldea de Brion, que es un concello muy próximo a Santiago de Compostela. Brion tiene un interesante patrimonio cultural y natural. Es un lugar muy bonito para vivir y también para ser visitado; muy rural, lleno de recunchos (rincones) inolvidables. La mayoría de los vecinos nos conocemos, nos saludamos… y eso me encanta.
–Tradicionalmente el concello ha sido un territorio muy dedicado a la actividad agraria y ganadera, aunque actualmente también cuenta con pequeñas y medianas empresas dedicadas a otras actividades. La proximidad con Santiago ha determinado mucho su evolución.
¿Cómo vivís en Brion el asunto demográfico, la despoblación?
– A diferencia de lo que sucede en otros concellos, en Brion la población ha ido en aumento pero, también, va envejeciendo y los cuidados de las personas dependientes continúa recayendo mayoritariamente en las mujeres. Hay que trabajar para cambiar esta situación
¿Puedes ampliar un poco más esta idea?
–Yo siempre digo que la igualdad no es un reto, es el único camino posible. Para mí, la igualdad es, básicamente, tener el mismo tiempo y tener las mismas oportunidades para que podamos desarrollarnos en todas las facetas de la vida que nos propongamos. En Mulleres de Seu, por ejemplo, es algo recurrente que las mujeres, en todas las formaciones y actividades que desarrollamos, se quejen de la falta de tiempo. Y esto, en el fondo, lo que nos está indicando es que queda mucho camino por recorrer en el campo de la corresponsabilidad
¿Considera que sus propuestas de igualdad llegan al campo gallego y son entendidas?
– Es evidente que existen intereses y necesidades comunes a todas las mujeres, vivan donde vivan, pero también es cierto que las mujeres del rural, tenemos la suficiente entidad como para desarrollar una reivindicación propia acorde a nuestras características y en eso estamos. Las mujeres del rural nos estamos uniendo y hacemos escuchar nuestra voz, por lo que confío en que, a nuestro ritmo, seguiremos avanzando. Ha habido grandes cambios sociales y legislativos en el país, y eso ha sido muy positivo para las mujeres, para todas, aunque queda mucho por avanzar.
Carmen sabe muy bien de lo que habla. Lo vive y lo trabaja a diario. Me dispongo a preguntarle algo que le preguntaría a cualquier persona independientemente de su sexo, género o colectivo de pertenencia, pero que aún hoy suena a pregunta mayoritariamente dirigida a las mujeres… ¿Cómo puedes trabajar y gestionar tantas cosas a la vez? Aquí me habla de la importancia de lo comunitario, de hacer vínculos, de compartir…
– Un pilar básico para fomentar la corresponsabilidad son las medidas de conciliación. Aún hoy existe la idea muy extendida de que la conciliación familiar y laboral corresponde únicamente a las mujeres. Por este motivo, cuando se implantan medidas de conciliación, estas deben estar dirigidas tanto a hombres como a mujeres, para que ambos se puedan acoger a ellas.
–En mi caso particular, en mi casa, convivimos una extensa familia, algo que es habitual por aquí. Mis hijas ya son mayores, una trabaja y la otra está en la universidad, pero ambas colaboran en la explotación familiar, según su disponibilidad de tiempo. En mi casa, todos tenemos nuestras ocupaciones y todos arrimamos el hombro. Yo me encargo de tareas como el ordeño del ganado, su alimentación… y lo compagino con la dirección de la explotación. Tengo el apoyo de toda mi familia para que pueda desarrollar mis responsabilidades en la cooperativa CLUN, en Agaca, en Mulleres de Seu… Mi familia, mejor que nadie, comprende y apoya mi compromiso con el rural gallego y con las mujeres.
Entiendo entonces que el cooperativismo como el que ejercéis en CLUN, es básico para todo lo que me comentas. No es casual haber escogido esta figura empresarial para constituiros…
-Encuentro que el cooperativismo es una estrategia que nos aporta estabilidad, como se demostró recientemente durante el paro de transportes. Un productor solo, no tiene la misma fuerza que la unión de muchos productores a la hora de negociar precios, de lograr suministros… Es una fórmula que no solo persigue la sostenibilidad económica, sino también la social y la ambiental. Por ejemplo, cualquier beneficio que pueda conseguir la cooperativa CLUN, lo traslada de inmediato a sus socias y socios. La cooperativa pone a las socias y los socios en el centro, porque sin los productores, el resto de la cadena no tiene sentido. Y la sociedad, creo, va tomando conciencia de ello.
¿De dónde viene esa pasión por lo que haces?
– Provengo de una familia de tradición ganadera. Mis abuelos ya se dedicaban a este oficio y mis padres también. En Galicia, la ganadería ha sido tradicionalmente una ocupación, digamos, “heredada”, porque familias enteras se dedicaban, generación tras generación, a esta actividad. Mi abuela y mi madre también tuvieron que dar un paso al frente y asumir la gestión de la ganadería familiar. Siempre he vivido en el rural, y me encanta. Me gusta vivir en contacto con la naturaleza y con los animales. Me gusta la vida comunitaria, el contacto con los vecinos. Además, existen valores como el respeto por las personas mayores o el amor a las tradiciones que forma parte de nuestra forma de ser.
¿Cómo ves el presente y el futuro del medio rural en Galicia?
-Estoy convencida de que el rural tiene un presente y mucho futuro para las nuevas generaciones. Las mujeres somos fundamentales para garantizarlo, porque somos un motor de innovación y porque somos quienes fijamos la población, eso es claro. Sin embargo, también es importante reivindicar que, para lograr un rural habitable y habitado, en el que vivir y del que se pueda vivir, es preciso seguir avanzando en el acceso a los servicios como la sanidad, educación, atención a las personas mayores o dependientes… También el acceso a la cultura, el ocio… No puedo dejar de mencionar el avance en lo que respecta a la titularidad de las explotaciones familiares. En este punto, en Galicia hemos avanzado bastante, pero me consta que hay territorios donde la situación es diferente.
Sí, a mí también me consta esta diferencia, pienso en la entrevista a María Victoria Molina, agricultora de Cieza ( Región de Murcia) y también creo que el rural tiene mucho más futuro de lo que en ocasiones se puede pensar. Pero claro, dentro de un mismo país e incluso de una misma provincia, los casos pueden ser muy diversos.
Me gusta escuchar que las fórmulas cooperativas salen adelante y sobre todo, que hay un gran razonamiento detrás de cada acto que Carmen lleva a cabo. Cuelgo el teléfono con la sensación de que, con esfuerzo, gusto por el trabajo y una buena dosis de determinación, todo es posible.
