“Somos gente comprometida con nuestro pueblo y con ganas de cambiar el mundo, empezando por lo que tenemos más a mano: la energía que consumimos. Comenzamos siendo un pequeño grupo y poco a poco se ha ido uniendo mucha más gente del pueblo”.
Así es como se presentan los siete jóvenes impulsores de la comunidad energética Guzmán Renovable. Con mucho esfuerzo, el apoyo del ayuntamiento, de personas vecinas y de la Universidad del País Vasco, han conseguido poner en marcha una instalación rural comunitaria de autoconsumo fotovoltaico.
Guzmán es un pueblo de unos 100 habitantes en la Ribera del Duero burgalesa. Una cuarta parte de toda su población, forman parte hoy de la Asociación. Su finalidad es la de contribuir a la sostenibilidad energética en el medio rural, mejorando la calidad de vida y creando un proyecto que no solo aporte electricidad, sino que sea capaz también de generar vínculos y valor social.
La Asociación se siente orgullosa de formar parte del pequeño, pero creciente grupo, de comunidades energéticas rurales que se están instalando en diferentes municipios. A diferencia de la problemática existente con la instalación de macro proyectos solares a lo largo del país y que no siempre cuentan con la aceptación plena de los habitantes más próximos a dichas construcciones, estas pequeñas comunidades, priorizan el respeto a su entorno natural y llegan a acuerdos por medio del consenso.
En concreto, para ponerlo todo en marcha, en Guzmán se realizaron tres reuniones. Según cuenta el presidente de la comunidad, Antonio Páramo, al principio les costó conseguir que los vecinos del pueblo entendieran cómo funciona una instalación fotovoltaica y que se unieran al proyecto. Tenían experiencia con un primer proyecto en el que, por medio de una subvención, cambiaron unas instalaciones antiguas de calefacción en el consultorio médico y en las entonces escuelas. Observaron cómo conseguían ahorrar hasta un 90% de los costes de calefacción. Después continuaron con el proyecto de autoconsumo y ahorro energético en los hogares.
A la hora de crear la asociación se puso por prioridad que ninguna institución o empresa tuviera más voz o voto que el resto de los vecinos, con la lógica de un socio/a=un voto. Se optó porque el Ayuntamiento fuera un socio más y que las instalaciones de renovables fueran propiedad de la asociación.
Durante la pandemia, las reuniones se hicieron por videoconferencia. Al poco tiempo ya fueron organizando charlas en el pueblo. Me explica Antonio que a día de hoy, tienen a gente en lista de espera para la segunda instalación que van a llevar a cabo.
Comunidades energéticas locales como Guzmán, traen a la realidad, la necesidad de mitigar los efectos del cambio climático y de luchar contra la despoblación. La energía, el agua, el aire… cada día observamos como su escasez y contaminación, son una realidad tanto en oriente como en occidente.
Tal y como está el panorama energético global, se trata de una de las decisiones más inteligentes que se pueden tomar. Una manera de asegurar el suministro energético local y además, por medio de fuentes renovables y de bajo impacto en el entorno.
Para más información sobre Guzmán Renovable, puedes visitar su página web: https://guzmanrenovable.org/
